El pueblo más antiguo de Galicia se cree que es Castro de Baroña, ubicado en el municipio de Porto do Son, en la provincia de A Coruña. Este poblado data de la Edad del Hierro, específicamente del siglo I a.C., y se caracteriza por contar con una impresionante fortificación, que incluye un castro, un oppidum y una muralla defensiva. En Castro de Baroña se pueden encontrar vestigios de viviendas, almacenes, graneros y hasta una necrópolis, lo que indica que fue un lugar de asentamiento y vida comunitaria muy importante en aquellos tiempos.
Otro pueblo antiguo destacado en Galicia es el Castro de Santa Trega, situado en el municipio de A Guarda, en la provincia de Pontevedra. Este asentamiento también pertenece a la Edad del Hierro y se estima que fue fundado alrededor del siglo II a.C. La principal característica de Santa Trega es su ubicación estratégica en la cima de una montaña, desde donde se puede disfrutar de unas vistas impresionantes del estuario del río Miño y de la costa atlántica. Además, en este lugar se encuentra un importante conjunto de construcciones defensivas, como murallas, fosos y una serie de viviendas circulares conocidas como «casas castrexas».
Qué pueblos vivían en Galicia en la Edad Antigua
El pueblo más antiguo de Galicia en la Edad Antigua es el de los celtas. Se estima que los celtas llegaron a la península ibérica alrededor del siglo VI a.C., y se establecieron en diferentes regiones, incluyendo Galicia.
Los celtas eran un pueblo de origen indoeuropeo, conocidos por su cultura guerrera y su habilidad en la metalurgia. En Galicia, se asentaron principalmente en zonas montañosas y costeras, aprovechando los recursos naturales de la región, como los ríos y los bosques.
Los celtas gallegos vivían en pequeñas aldeas fortificadas, conocidas como castros. Estas aldeas estaban ubicadas en lugares estratégicos, como cimas de colinas o cerca de ríos, para facilitar su defensa. Los castros estaban rodeados por murallas de piedra y contaban con viviendas circulares, construidas con materiales como la madera y el barro.
La economía de los celtas gallegos se basaba principalmente en la agricultura, la ganadería y la metalurgia. Cultivaban cereales, legumbres y frutas, y criaban animales como caballos, ovejas y cerdos. Además, eran expertos en la producción de objetos de hierro y bronce, como armas y herramientas.
La sociedad celta estaba organizada en clanes familiares, liderados por un jefe o caudillo. La religión ocupaba un lugar central en su vida, y los celtas gallegos adoraban a dioses como Lug, el dios de la guerra y la sabiduría, y Brígida, la diosa de la curación y la poesía.
A lo largo de la Edad Antigua, Galicia fue también habitada por otros pueblos, como los romanos y los suevos. Los romanos llegaron a la península ibérica en el siglo II a.C. y conquistaron Galicia en el siglo I a.C. Durante su dominio, los romanos fundaron ciudades como Lucus Augusti (Lugo) y Bracara Augusta (Braga).
Los suevos, un pueblo germánico, se establecieron en Galicia en el siglo V d.C., tras la caída del Imperio Romano. Durante su dominio, los suevos establecieron un reino en la región, con su capital en Braga.
Quién fundó Lugo
El origen de la ciudad de Lugo, considerada el pueblo más antiguo de Galicia, se remonta a tiempos prehistóricos. Según los estudios arqueológicos, se cree que los primeros asentamientos humanos en esta zona datan del Neolítico, alrededor del año 2000 a.C.
Sin embargo, la fundación oficial de Lugo se atribuye a los romanos en el siglo I a.C. Durante la época romana, la ciudad era conocida como Lucus Augusti, en honor al emperador Augusto. Los romanos establecieron un campamento militar en la zona estratégica donde se encuentra Lugo actualmente, aprovechando su ubicación estratégica en la confluencia de los ríos Miño, Rato y Chanca.
El campamento militar romano de Lucus Augusti fue fundado en el año 15 a.C. y se convirtió en un importante centro administrativo y comercial de la región. La ciudad estaba rodeada por una muralla defensiva de más de 2 kilómetros de longitud, que aún se conserva en la actualidad y es uno de los principales atractivos turísticos de Lugo.
Durante la Edad Media, Lugo sufrió numerosas invasiones y saqueos por parte de diferentes pueblos, como los suevos, los visigodos y los árabes. Sin embargo, la ciudad logró mantener su importancia estratégica y su papel como centro administrativo de la región.
En el siglo X, durante el reinado de Alfonso III, se construyó una nueva muralla para proteger la ciudad de los ataques vikingos. Esta muralla, conocida como la Muralla Alta, se encuentra en excelente estado de conservación y es otra de las principales atracciones turísticas de Lugo.
A lo largo de los siglos, Lugo siguió creciendo y desarrollándose, convirtiéndose en un importante centro cultural, económico y religioso de Galicia. La ciudad cuenta con numerosos monumentos históricos, como la catedral de Santa María, la Plaza Mayor y el puente romano sobre el río Miño.
Quién fundó la ciudad de Lucus Augusti
El pueblo más antiguo de Galicia es sin duda el asentamiento celta conocido como Lucus Augusti, que posteriormente se convertiría en la actual ciudad de Lugo. La fundación de esta ciudad se atribuye al emperador romano Augusto, quien decidió establecer un campamento militar en el año 25 a.C. en este estratégico lugar situado en el noroeste de la península ibérica.
Sin embargo, antes de la llegada de los romanos, el territorio donde se asienta Lugo ya estaba habitado por diferentes pueblos celtas. Estos pobladores, conocidos como «brácaros», habían establecido un castro en la zona mucho tiempo atrás. Este castro se caracterizaba por su posición elevada y fortificada, lo que evidenciaba la importancia estratégica de este lugar en la antigüedad.
Cuando los romanos conquistaron la península ibérica, Augusto vio en este lugar un gran potencial y decidió fundar un campamento militar que se convertiría en una colonia romana. De esta manera, Lucus Augusti fue establecida y se convirtió en una ciudad importante en la época romana. La ciudad estaba rodeada por una muralla que la protegía de posibles ataques y que todavía se conserva en gran parte hasta el día de hoy, siendo uno de los principales atractivos turísticos de Lugo.
La fundación de Lucus Augusti trajo consigo un gran desarrollo y crecimiento para la ciudad. Se construyeron numerosos edificios públicos, como un teatro, un anfiteatro, termas y un puente sobre el río Miño. Además, la ciudad se convirtió en un importante centro administrativo y comercial en la región, lo que contribuyó a su prosperidad y desarrollo económico.
A lo largo de los siglos, Lugo ha vivido diferentes etapas históricas, desde la dominación visigoda hasta la invasión árabe, pero siempre ha conservado su esencia romana. Actualmente, la ciudad de Lugo es un importante destino turístico, gracias a su impresionante muralla romana, que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además, en el casco antiguo de la ciudad se pueden encontrar numerosos vestigios romanos, como termas, puentes y calles empedradas, que nos transportan a la época de Lucus Augusti y nos permiten conocer la historia de esta antigua ciudad.
En resumen, después de explorar la rica historia de Galicia, podemos concluir que el pueblo más antiguo de esta región del noroeste de España es Castro de Baroña. Con sus orígenes que se remontan al siglo I a.C., este asentamiento celta se encuentra en la costa de la provincia de A Coruña y ha resistido el paso del tiempo hasta convertirse en uno de los tesoros arqueológicos más importantes de Galicia. A través de sus impresionantes restos de viviendas circulares, murallas defensivas y calles empedradas, Castro de Baroña nos transporta a una época lejana y nos invita a reflexionar sobre la vida y las tradiciones de quienes lo habitaron hace más de 2,000 años. Sin duda, este antiguo pueblo sigue fascinando a visitantes y expertos por igual, y su preservación y estudio continúan siendo fundamentales para comprender mejor la historia de Galicia y su legado cultural.
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